La construcción se encamina hacia un parate total de sus actividades a partir de la cuarentena establecida desde el viernes pasado. En el sector advierten que la cadena de pagos está al límite y corre el riesgo de cortarse el mes que viene, tras dos años seguidos de contracción y de ajuste en los gastos ligados a la obra pública.
Después del fin abrupto de los créditos hipotecarios en 2018 a causa de la suba de tasas y el inicio de una etapa de alta volatilidad cambiaria que sólo el cepo logró frenar, la compraventa de inmuebles se hundirá aún más hasta alcanzar “mínimos históricos”, pronosticó el desarrollador Gustavo Ortolá,
El presidente de GO Real Estate apuntó que con los últimos acontecimientos relacionados al coronavirus “se paralizó la industria”. “Estamos como en pausa. Hasta ahora en el mercado compraban quienes tenían una necesidad estructural. Operábamos a la mitad de hace 24 meses y ahora vamos a estar en cero”, se lamentó.
El cierre en las obras privadas, que tenían una luz de esperanza de reactivación por la reducción del costo del metro cuadrado en dólares, se sumará al bajo dinamismo de los proyectos públicos, más allá de que fueron incluídos en la excepción a la cuarentena.
En ese sentido, desde una importante compañía puntualizaron que “veníamos de un parate y en un mes probablemente se corte la cadena de pagos”.
Las constructoras señalaban que el Gobierno heredó de la gestión anterior una deuda en torno a los $30.000 millones que esperaban el Ejecutivo comenzara a saldar mediante bonos. Pero hasta ahora no se emitió ningún nuevo papel y la expectativa es que ese pasivo continúe in crescendo.
Al anunciar el megapaquete de reactivación la semana pasada, la Rosada incluyó unos $100.000 millones para obras públicas y el relanzamiento del plan Procrear, del que se esperan novedades en los próximos días.
Sin embargo, las grandes empresas no se ilusionan demasiado con proyectos de gran escala y descuentan que la gestión de la cartera de Gabriel Katopodis se enfocará en obras pequeñas más de tipo municipal, que permitan una mejora rápida y visible en el nivel de empleo.
En tanto, desde otra compañía del mismo rubro se mostraron más optimistas y resaltaron que “se va a poder reactivar y absorber lo que se pierda en actividades más golpeadas como el turismo”, una vez que pase la cuarentena, ya que a diferencia de los trabajos de oficina, los trabajadores del sector lo hacen al aire libre.
Entre los “ganadores” de la pandemia, los empresarios creen que los únicos sectores de la industria que podrán salir a flote son el farmacéutico y el alimenticio, y el textil en caso de que oriente su producción a artículos como barbijos, por ejemplo. El resto de las actividades fabriles se verán perjudicadas, así como otras por fuera de esta órbita como el turismo o la construcción.
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