El 29 de diciembre se celebra en la Argentina el Día del Bromatólogo. La jornada recuerda el egreso de los primeros licenciados en Bromatología de la historia del país: se trata de Rubén Peruzzo, César Stöckli, Bartolo Tolomeo y Raúl Tolomey.

Día del Bromatólogo en la Argentina: historia y claves principales

El 29 de diciembre de 1976, los primeros licenciados en Bromatología de la historia nacional egresan. Rubén Peruzzo, César Stöckli, Bartolo Tolomeo y Raúl Tolomey habían iniciado sus estudios en 1972 en la Escuela Superior de Bromatología. Tanto ellos como los egresados que les siguieron marcaron el camino para que esta carrera pronto pasase a ser incorporada en distintas universidades y facultades del país.

De acuerdo con la Universidad Nacional de Cuyo, las funciones de un bromatólogo consisten en “determinar la calidad y la aptitud, en todas las etapas de producción e industrialización, de materias primas y de alimentos semielaborados o elaborados, desde el punto de vista tecnológico, toxicológico y nutricional”.

Esta ciencia de los alimentos exige conocimientos en una amplia variedad de materias, entre ellas biología, microbiología, física, química, matemática y estadística.

Limpieza de alimentos: qué pasa con las frutas y las verduras

La bromatología es una actividad que se lleva a cabo por profesionales en distintos ámbitos, como el industrial. No obstante, existe una parte de la misma que se aplica en el plano de lo cotidiano, como es el caso de las tareas del hogar.

Cuando se trata del cuidado de los alimentos y de garantizar su consumo óptimo para evitar inconvenientes y enfermedades, hay una serie de aspectos que se deben tener en cuenta. Con los lácteos, por ejemplo, es fundamental que los mismos se conserven sin cortar la cadena de frío.

También hay que cuidar la manera en que se descongelan los alimentos y conservar cada producto en condiciones y temperaturas seguras.

Para lo que es la sanitización de frutas, hortalizas y verduras, la cuenta de Instagram de Bromatología en Casa recomienda:

• Primero, enjuagar cada alimento bajo abundante agua.
• Luego, poner a hervir agua para desinfectar la bacha (se echa sobre toda la superficie y se espera a que corra hasta vaciarse).
• Con la bacha vacía, limpia y desinfectada, se pone un tapón y llena con agua fría y potable hasta un nivel que permita cubrir completamente los vegetales cuando estos sean colocados.
• Para esto se recomienda usar una jarra medidora, porque luego hay que agregar gotas de lavandina y las mismas se calculan en función de la cantidad de agua.
• La lavandina debe ser apta para desinfección de agua y/o alimentos, y en su etiqueta debe contener las indicaciones necesarias para poder realizar el cálculo en cuestión.
• Ya preparada el agua con gotas de lavandina en la bacha, se colocan los vegetales y se dejan reposar por 10 minutos. Transcurrido este tiempo, se retiran, se secan y se guardan en la heladera.
• Para finalizar, en este y en otros casos, es clave tener siempre las manos limpias, ya sea antes y después de la manipulación de productos alimenticios. Lo mismo ocurre con los utensilios que se usan en la cocina, como es el caso de cubiertos, platos, tablas y otros.