INDEC esta semana dará a conocer el Índice de Precios al Consumidor del mes de marzo y como era de esperarse, el rubro indumentaria y calzado experimentó una gran suba.
Según el Indec, en el último año, el rubro “Indumentaria y calzado” se encareció un impresionante 67,2 por ciento, y lidera los incrementos del índice de precios al consumidor (IPC), incluso por arriba del ítem “Alimentos y bebidas” (55,8 por ciento). La ropa fue lo que más subió, 74,7 por ciento, aunque el calzado no se quedó atrás: 61,8 puntos porcentuales.
Según un informe de la Fundación proteger desde diciembre de 2016 hasta agosto de 2021, el aumento de los precios en promedio de la indumentaria era menor a la inflación general de los productos.
También reclaman por el altísimo componente impositivo que soporta el sector. Según la Fundación ProTejer, el 50,3 por ciento del precio de una prenda de vestir son impuestos, entre IVA, Ingresos Brutos, Ganancias, tasas municipales y contribuciones a la seguridad social. Y que la industria textil se queda con apenas el 8,5 por ciento de lo que genera la cadena productiva. El resto se reparte entre alquiler del local, logística y comercialización, costos financieros, publicidad y rentabilidad de la marca.
Aunque se trata de un argumento atendible, también es verdad que el de la confección de indumentaria es uno de los rubros con mayor informalidad de todo el país, de hecho, llega al 72 por ciento de toda la masa salarial, según datos del Ministerio de Economía de la Nación. El sector está alcanzado por muchos impuestos, pero en rigor son pocas las empresas que los pagan, con lo cual la elevada carga impositiva es relativa como justificación del precio final de la ropa.
Como sea, es increíble que una campera cueste 20 mil pesos, que por un jean haya que pagar 12 mil o que un par de zapatillas de marca no baje de 25 mil pesos. Increíble e imposible de sostener económicamente para una familia tipo, cuando los sueldos medios apenas superan los 70 mil o los 80 mil pesos mensuales.
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