Científicos de Estados Unidos detectaron que el virus que transmite el Covid-19 permanece activo dentro de algunas gotas exhaladas al estornudar o toser y se expanden a una distancia amplia producto de la mucosidad. Además, descubrieron que las partículas que contagian la enfermedad pueden viajar hasta 60 metros.
Así lo estableció una investigación reciente del Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico del Departamento de Energía del país norteamericano (PNNL, por sus siglas en inglés). Los hallazgos fueron publicados en la revista "International Communications in Heat and Mass Transfer".
“Hay informes de personas que se infectan con un coronavirus a favor del viento de una persona infectada o en una habitación varios minutos después de que una persona infectada salió de esa habitación”, puntualizó Leonard Pease, uno de los autores del estudio.
El experto agregó: "La idea de que los viriones (partículas) envueltos pueden permanecer bien hidratados y, por lo tanto, completamente infecciosos a distancias considerables es consistente con las observaciones del mundo real. Quizás las gotitas respiratorias infecciosas persisten más de lo que nos hemos dado cuenta”.
En ese sentido, la investigación de los científicos estadounidenses, que reportó Infobae.com, determinó que las partículas que viajan con mucosidad pueden permanecer húmedas hasta 30 minutos. “Si bien se propusieron muchos factores como variables en la forma en que se propaga el Covid-19, la mucosidad se pasa por alto en gran medida”, sostuvo Pease al referirse a otros estudios.
Otros de los expertos que trabajaron en la investigación y que firmaron el "paper" con los descubrimientos fueron Carolyn Burns, Nora Wang Esram, Gourihar Kulkarni, Alex Vlachokostas y Julia Flaherty.
¿Cómo se realizó el estudio?
Los químicos Alex Vlachokostas y Carolyn Burns crearon gotas artificiales similares a las respiratorias para estudiar cómo se movían las partículas de una habitación a otra.
Optaron por dos sustancias para transportar partículas similares a las del virus. Una fue moco bovino y la otra era alginato de sodio, un compuesto derivado de algas pardas que se usa comúnmente como agente espesante en alimentos como helados y queso.
Utilizaron un aerógrafo para dispersar gotas en una habitación de un edificio de laboratorio y así simular la tos de una persona que libera partículas durante aproximadamente un minuto en un ambiente. Finalmente midieron los niveles de gotas en habitaciones contiguas.
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