Aterrizó en Ushuaia en un vuelo chárter y, desde el puerto, se embarcó en el imponente Le Commandant Charcot, especialmente diseñado para navegar las aguas desafiantes de la Antártida.
Alberto II de Mónaco, príncipe soberano de Mónaco desde 2005 tras suceder a su padre Raniero III de Mónaco, ha sido conocido por su interés y compromiso con temas medioambientales y de conservación. Su visita a la Antártida no solo refleja su espíritu aventurero sino también su compromiso con la preservación de estos entornos únicos y frágiles.
El lujoso barco ¨Le Commandant Charcot¨, que combina lujo y funcionalidad, ha sido el vehículo perfecto para la expedición del príncipe. Diseñado específicamente para enfrentar las condiciones extremas del Ártico y el Antártico, el rompehielos ha permitido una experiencia única y segura en uno de los lugares más remotos del planeta.
El príncipe Alberto II de Mónaco, cuyo nombre completo es Alberto Alejandro Luis Pedro Grimaldi, está casado con Charlene Wittstock, actualmente princesa de Mónaco. Su visita a la Antártida se suma a la lista de notables expediciones y contribuciones de la familia Grimaldi en el ámbito de la investigación científica y la preservación medioambiental. Su regreso a Ushuaia marca el final de una travesía memorable que no solo ha dejado huella en el paisaje antártico sino también en la historia de la exploración polar contemporánea.
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