En el día de ayer un viajero oriundo de Chile llamado Javier Del Río hizo su llegada a la ciudad. Él está llevando adelante una travesía en su escarabajo al cual denomina “su rata”.
Además, posee un remolque marca Volkswagen llamada “elefante”, ambos son sus medios de transporte que les permite recorrer este viaje.
Ante este arribo, Minuto Fueguino se acercó al lugar para dar a conocer la historia del joven, él que con una combi totalmente transformada y puesta en condiciones para que sea su casa rodante, lleva adelante esta travesía.
Previo a su viaje tuvo que vender el motor original de su auto para pagar la Universidad, ya que en su país es muy cara la educación, y al culminar estos, se graduó con el título de Agrónomo, trabajó, compró un nuevo motor y empezó su viaje.
Por tal motivo, narró cómo inició esta idea a gestionarse en su cabeza hasta que se convirtió en un hecho. “En un afán de querer cambiar la mente y mi espíritu, renuncié a mi trabajo. Un día me miré al espejo y me dije: tengo 33, no tengo hijos, no tengo novia y con este auto quiero tener una aventura, ya que después no lo voy a poder usar. Quería tener algo que contar, algo propio, jamás pensé que iba a ser tan masivo, por eso quiero hacer un libro.”
En su paso por la ciudad de Ushuaia contó “en sí mi idea era poder tirarme en las aguas de Ushuaia, pero con mi tabla me tiré al Canal de Beagle con 6º bajo 0, aguanté cinco minutos y fue increíble. Este era un sueño que lo tenía hace un año, desde Chillán Chille, y fue increíble sentir el agua, como quema y se me dormían las manos y los pies”.
Es necesario resaltar que sus medios de transporte para este viaje han sido totalmente modificados y todo esto fue hecho por él, por ende, relató cómo fue ese proceso: “Mi escarabajo me gusta porque tiene onda, es un auto muy divertido, el motor es raro. Es muy querido este tipo de autos. A mi auto le entra agua, aire, no tiene calefacción, le he hecho muchas modificaciones, ¡es una locura! Hay que tener cinturón para poder manejarlo. Los dos están pintados con latas de pinturas antióxido, nada está realizado en un taller de chapa y pintura".
Continúo, “al auto le bajé el techo, tiene un tren delantero de Brasilia, tiene una caja de Variant, un motor de escarabajo original de 30 caballos de fuerza, lo hice nuevo, carburador y alternador nuevos, entre otros. Lo que es la combi le corte la cabina, ya que antes de que me la regalen se había prendido fuego, y la única forma de salvarla era haciéndola carro o conseguir los repuestos que son muy caros, por eso opte por hacerla mi casa. Yo no soy mecánico, pero me gusta”.
Según su hoja de ruta, aseguró que su meta en este viaje “era conocer a Marcelo Viamonte, un chileno que viejo de Punta Arenas a Alaska tras haber hecho 55 mil km en dos años y medio, en un auto también totalmente modificado. De hecho, surgió un mito de que yo era un gringo que venía de Alaska, a los cual tuve que desmentir, yo soy chileno. Son 14 mil kilómetros los que he recorrido, y ahora voy de vuelta. Voy a subir por la 40, pero también veré si sale un viaje por Puerto Williams, estoy esperando la confirmación, pero si no es así pasaré por Calafate y Chaltén”, concluyó este joven.
Además, comentó que la forma que utiliza para poder sustentar los gastos de este viaje es con la ayuda de familiares y amigos. Por otro lado, a base de donaciones que les van brindando, las distintas personas que se acercan a investigar y ver los asombrosos diseños de sus autos. En este momento, se encuentra en las instalaciones del surtidor de la Estación de Servicio YPF, ubicado en El Cano y Belgrano, donde está en duda si quedarse hasta el 5 de junio o retomar viaje antes de esta fecha.
Mientras tanto, están todos invitados a colaborar con Javier Del Río para que pueda seguir con su odisea, como así también a seguirlo y acompañarlo en su viaje mediante sus distintas redes sociales.
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