"La repercusión de la intoxicación por monóxido de carbono puede afectar a más del doble de las personas que se diagnostican. Es un problema grave que los especialistas advierten que se subestima" resalta el Dr. Gabriel Arcidiacono, jefe de Toxicología del Clínicas.
Se le denomina ´el asesino silencioso´ porque se trata de un gas invisible, sin olor que no irrita y se genera tras una combustión incompleta de gas de cocina, madera, carbón, nafta, gasoil y kerosene entre otros.

"Se suele "disfrazar" con otras enfermedades, como una intoxicación alimentaria, cuadros gripales, migraña, cólicos del lactante, etc… lo que lleva a que se subestime su gravedad. Esta problemática afecta a unas 40,000 personas al año y causa alrededor de 200 muertes, según el especialista.

Los síntomas más comunes de la intoxicación por monóxido de carbono incluyen dolor de cabeza, náuseas, vómitos, debilidad, confusión, pérdida de conocimiento, convulsiones, marcha inestable, dolor en el pecho, dificultad para respirar y sensación de debilidad. Ante la sospecha de intoxicación por monóxido de carbono, es vital que todos los habitantes del domicilio acudan de inmediato a un centro de salud cercano. Los saturometros u oxímetro de pulso, que muchos tienen en los hogares, no sirven para descartar la intoxicación.

Como medidas de prevención, es esencial que un gasista matriculado revise periódicamente los artefactos de calefacción, mantener ventilación adecuada, no usar las hornallas como fuente de calefacción, no dejar vehículos encendidos en espacios cerrados, entre otras medidas.