En medio de la crisis social por la pérdida del poder adquisitivo, el Gobierno decidió que no se quitarán los subsidios a las tarifas de gas y luz de los usuarios de los Niveles 2 y 3 -de bajos y medios ingresos respectivamente-, al menos hasta que se implemente la Canasta Básica Energética (CBE), que está prevista para junio.
La próxima semana, antes de que comience mayo, la Secretaría de Energía deberá comunicar qué pasará con el subsidio que percibe el 60% de los usuarios residenciales. Según explicaron a este medio, “la Canasta reformulará el esquema de los subsidios por segmentación de ingresos y la complejidad del sistema y el cruce de datos llevará a que recién se pueda implementar a partir de junio”.
Es que el diseño de la CBE considerará el tamaño del hogar, que se divide en tres categorías de una o dos personas, tres o cuatro personas y cinco o más personas; y la biozona de residencia, clasificándose en seis niveles, desde una zona muy cálida (el noreste argentino) hasta una muy fría (el sur patagónico).
No obstante, hay un motivo de mayor peso y es la necesidad de que las tarifas de los servicios regulados aumenten “de manera gradual”, sobre todo “para no impactar bruscamente en el bolsillo de la clase media”. Así, aunque en la última audiencia pública Energía dijo que a principios de abril se publicarían los detalles del nuevo mecanismo, la información respecto del esquema de subsidios sigue sin conocerse.
A partir de mayo, la Secretaría de Energía publicará el ajuste estacional en el precio de la energía eléctrica, que suele incrementarse durante el invierno en comparación con los costos de generación en verano.
En el caso del gas, se espera un alza significativa debido al aumento en el consumo, lo que obliga al Gobierno a importar parte de la demanda a precios más elevados que los de producción local, lo cual impacta directamente en el costo para los consumidores.
La cartera a cargo de Eduardo Rodríguez Chirillo ya decidió que el incremento en los costos invernales del gas será asumido por comercios, industrias y usuarios de altos ingresos, mientras que se postergará la quita de subsidios para los usuarios de los niveles de medios y bajos ingresos.
En febrero, el Gobierno aplicó un aumento en el precio mayorista del servicio eléctrico y hubo subas en las tarifas de hasta un 120% para los sectores de mayores ingresos, uno de los componentes de la tarifa total que impactó solamente sobre usuarios residenciales que están catalogados como “Nivel 1 de la segmentación” y que renunciaron o no pidieron los subsidios a la energía. El sector alcanzado por los cambios definidos en la Resolución 7/2024 firmada por el secretario de Energía, representa aproximadamente a un 30% del total de los hogares.
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