
El proyecto faculta al Gobierno a establecer una fórmula automática de ajuste “teniendo en cuenta los criterios de equidad y sustentabilidad económica”. “Hasta tanto se establezca una fórmula automática, el Poder ejecutivo nacional podrá realizar aumentos periódicos atendiendo prioritariamente a los beneficiarios de más bajos ingresos”, consignó.
Hasta ahora, los ajustes de haberes se dan en un porcentaje de incremento trimestral, determinado por la variación de un índice que surge de sumar 50% del aumento trimestral de la recaudación de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) por beneficiario y 50% de la variación de los salarios. Para este último ítem, se toma el mayor valor entre el Ripte (Remuneración Imponible para el Trabajador Estable) y el índice general de salarios del Indec. Si consigue la sanción en el Congreso, Milei podrá otorgarlos por decreto.
Por otra parte, el gasto previsional representa una clave para las cuentas públicas y el ajuste fiscal que propone Caputo. De hecho, el recorte del gasto que informó el Palacio de Hacienda contempla una reducción del 0,4% del PBI en jubilaciones. Por otro lado, si finalmente la inflación comienza a ceder en algún momento, el rezago en la actualización se dará sobre niveles más altos por lo que la necesidad de gasto crecerá en términos reales.
Según un informe de la Fundación Capital, las jubilaciones y pensiones “ya se encuentran en niveles muy bajos, habiendo exhibido una baja de 1 punto del PBI en la gestión de Alberto Fernández, al tiempo que su poder adquisitivo también se vio muy perjudicado, con una caída real de 13,4% i.a. en los haberes medios en 2023 (y -30,3% vs. 2017)”. También destaca que los jubilados que cobran el haber mínimo vienen percibiendo bonos de manera ininterrumpida desde septiembre del 2022 para compensar la caída del poder adquisitivo por la fórmula de movilidad.
“En particular, estos bonos representaron un 0,7% del PBI en 2023 (del 7,6% total). Respecto de las otras prestaciones sociales, si bien luego de la pandemia se establecieron en un escalón superior al previo (nótese que entre 2016 y 2019 representaban 2,6% del PBI y en 2021 y 2022 un 3,7%), cualquier cambio en estas partidas deberá estudiarse profundamente por el impacto social que pueda tener en un contexto de recrudecimiento de la estanflación, al menos en la primera mitad de 2024″, señaló la Fundación Capital.
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