En medio de una ofensiva diplomática, el canciller Felipe Solá solicitó a la Unión Europea que se excluya a las Islas Malvinas del acuerdo definitivo entre el Reino Unido y el bloque regional por el Brexit. El pedido fue dirigido al alto representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Josep Borrell y otros cancilleres europeos, con el objetivo de favorecer la postura argentina en la disputa por la soberanía en el Atlántico Sur.

“Si Inglaterra negocia un arancel o cualquier cosa con la Unión Europea, no puede estar incluida Malvinas”, sostuvo Felipe Solá acerca de ese planteo, donde ratificó el pedido argentino para que el archipiélago “quede como zona en disputa internacional” durante esas tratativas.

Graham Pascoe es autor de conocidos ensayos que apoyan la ocupación del Reino Unido sobre las Islas Malvinas. Varias de sus obras son difundidas oficialmente por el gobierno británico, que tienen la intención de brindar argumentos históricos y jurídicos respaldatorios a la soberanía de Inglaterra. Uno de sus últimos controversiales textos es “Falklands, hechos y falacias”, donde el ensayista reedita un nuevo intento de refutación histórica hacia el reclamo de soberanía argentino.

Según el sitio periodístico Express.co.uk, el influyente divulgador británico calificó la estrategia de Felipe Solá para influir en el europeo Josep Borrell durante las negociaciones por el Brexit como “una nueva vía de ataque” del gobierno de Alberto Fernández. Y anunció que le enviará al alto comisionado de la UE su última publicación.

 “Borrell pronto recibirá una copia de Falklands, hechos y falacias”, apuntó. “Incluso si no lo lee, entonces verá que la otra parte se presenta ante este caso con energía”, opinó sobre el dirigente español a cargo de la representación europea.

Los primeros planteos de parte de los representantes británicos de las Islas Malvinas empezaron a escucharse semanas atrás. Andrew Rosindell, secretario del Grupo Parlamentario de las Islas Malvinas, se pronunció que la cuestión de la soberanía de las Malvinas no tiene nada que ver con lo que se discuta con Bruselas, en la sede de la Unión Europea.

“No permitimos que la UE, ni Argentina, ni España, ni nadie más, intenten separarnos de los territorios soberanos a los que tenemos el deber de incluir y cuidar. Nos vamos a asegurar de puedan aprovechar los beneficios que implica haber abandonado la UE”, sostuvo Rosindell. “Creo que está muy claro si dicen que no incluimos las Malvinas o Gibraltar o donde sea que sea un no-no, eso es una línea roja”, sostuvo.

Junto al escritor Peter Pepper, Pascoe fue blanco de las críticas de parte de historiadores argentinos. El último texto del ensayista que enviará a Borrell es una suerte de respuesta al libro “Las Malvinas entre el Derecho y la Historia” (Eudeba), un conocido análisis de los abogados Marcelo Kohen y Facundo Rodríguez, donde se cuestionan las premisas del autor británico.

En ese texto, los argentinos se involucraron en la discusión historiográfica de los anteriores trabajos del influyente escritor, entre ellos, su folleto más conocido “Más allá de la historia oficial. La verdadera historia de las Falklands/Malvinas”. Según los autores, una de esas ediciones abreviadas fue distribuida por el gobierno británico en el Comité de Descolonización de Naciones Unidas, en junio de 2015.

Para Kohen y Rodríguez, lo que busca Pascoe con sus análisis es “simplemente un intento de reescribir la historia”. “El panfleto oficioso británico intenta en vano tergiversar los sólidos argumentos histórico-jurídicos que demuestran la soberanía argentina y trata de convencer al lector de que las islas están habitadas por un pueblo de origen multinacional que sería titular del derecho de libre determinación de los pueblos”, plantearon en su libro los autores del texto de Eudeba.

Mientras Argentina reitera sus planteos, la Unión Europea y el Reino Unido entraron en una cuenta regresiva. El bloque europeo necesita al menos 11 semanas para ratificar un eventual acuerdo por el Brexit, por lo que la cumbre del 15 de octubre es la fecha límite para firmarlo. En caso de no haber consenso, el gobierno británico romperá los lazos con el bloque el 31 de diciembre. Para entonces, se sabrá si las Islas Malvinas tendrán un rol en el juego en el tablero internacional.