El 25 de noviembre de 1886 se produjo una masacre que marcó a fuego la historia de los pueblos originarios de Tierra del Fuego, pues se trató del inicio de un proceso genocida que aún tiene efectos en el presente.
Aquel día, por encargo del Ejecutivo Nacional, el oficial Ramón Lista desembarcó con una expedición en la playa de San Sebastián con el fin de explorar la región y se encontró con un grupo de familias selk’nam. Entonces, intentaron tomarlos prisioneros, una práctica común entre los expedicionarios, pero los indígenas opusieron resistencia. En consecuencia, Lista ordenó a sus hombres abrir fuego. La situación terminó con 28 personas asesinadas; entre ellas varias mujeres y niños heridos que sobrevivieron y fueron luego deportados de la isla hacia Buenos Aires.
De ahí en más, en el marco de la colonización emprendida por los países de Argentina y Chile, la ocupación ganadera y la instalación de misiones religiosas alteraron profundamente las formas de vida de los indígenas, que se vieron expuestos a asesinatos, deportaciones y despojos; y a diferentes formas de invisibilización a lo largo de la historia.
Desde 1992, aquel fatídico 25 de noviembre es recordado en todo el ámbito de la provincia como “Día del Indígena Fueguino” por Ley N° 29. Como resultado de los reclamos emprendidos desde hace décadas por la Comunidad Rafaela Ishton, la normativa fue modificada recientemente por la Legislatura fueguina, que aprobó un proyecto que declara el 25 de noviembre como “Día del genocidio selk’nam” y, asimismo, dispone que sea una jornada de duelo, con banderas a media asta, y feriado provincial.
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