En una entrevista con FM Del Pueblo, Efraín Leaños, encargado de Infraestructura de la Unidad de Detención Zona Norte en Río Grande, ofreció una visión integral sobre el enfoque de la institución en la rehabilitación de los internos. Leaños subrayó la importancia de las políticas de educación y trabajo como herramientas fundamentales para reducir la reincidencia y promover una reinserción efectiva en la sociedad.
Leaños comenzó destacando que la Unidad de Detención cuenta con diversas instalaciones educativas, incluyendo aulas y una biblioteca, donde los internos tienen la oportunidad de continuar su formación académica. "Tenemos aulas que funcionan en tres turnos: mañana, tarde y noche, abarcando desde el nivel primario hasta el terciario, e incluso, algunos internos cursan carreras universitarias de manera online", explicó.
El funcionario señaló que un porcentaje significativo de los internos no ha completado sus estudios secundarios, y muchos ni siquiera han terminado la educación primaria. "Nuestra meta es que todos los internos puedan completar su educación básica y, si lo desean, avanzar hacia niveles superiores", afirmó. Según Leaños, aproximadamente un 35-36% de los internos en la provincia están involucrados en algún tipo de actividad educativa, un número que considera favorable, aunque aún hay margen para mejorar.
Además de la educación, Leaños destacó la importancia del trabajo como un segundo pilar esencial para la reinserción social de los internos. "El acceso al trabajo dentro del ámbito carcelario es una herramienta muy poderosa. No solo les permite desarrollar habilidades y adquirir conocimientos en diversos oficios, sino que también les brinda una oportunidad real de reinsertarse en la sociedad una vez que cumplen su condena", explicó.
Leaños detalló cómo, desde su área, se busca incentivar a los internos a participar en diversas actividades laborales según sus habilidades y conocimientos previos. "Si un interno sabe pintar, se le asigna una tarea de pintura; si conoce de panadería, se le permite desarrollar esas habilidades. Incluso aquellos que no tienen un oficio pueden capacitarse y aprender dentro del sistema penitenciario", añadió.
Un ejemplo concreto de este enfoque es la fabricación de cuchas para perros que algunos internos realizan, lo que no solo les permite generar un ingreso, sino que también contribuye a sostener a sus familias en el exterior. "Este tipo de actividades no solo son beneficiosas para los internos, sino que también les proporcionan una sensación de propósito y un medio para mantenerse conectados con sus seres queridos", comentó Leaños.
No obstante, Leaños reconoció que no todos los internos optan por participar en estas actividades. "Hay un número considerable de internos que no desean estudiar ni trabajar, ya sea por decisión personal o debido a códigos carcelarios que desalientan este tipo de participación. Estos internos tienden a tener un comportamiento más conflictivo y, en consecuencia, enfrentan dificultades en su proceso de calificación y progresión dentro del sistema", explicó.
El encargado de Infraestructura subrayó que, aunque la participación en actividades educativas y laborales no es obligatoria, está claramente vinculada con la mejora del comportamiento y la reducción de la pena. "Aquellos internos que participan activamente en estas actividades son más propensos a obtener beneficios como la libertad condicional o asistida. En contraste, quienes optan por no participar suelen enfrentar un proceso de progresión más lento y complicado", detalló.
Otro aspecto abordado por Leaños fue la situación de la infraestructura dentro de la unidad. Afirmó que, aunque actualmente existe una sobrepoblación en algunos sectores, se están llevando a cabo proyectos para ampliar la capacidad de la unidad. "Estamos trabajando en la creación de nuevos espacios dentro de la Unidad de Detención que permitirán alojar a entre 20 y 25 detenidos adicionales. Esta ampliación no solo ayudará a aliviar la presión sobre las instalaciones actuales, sino que también mejorará las condiciones de habitabilidad de los internos", señaló.
Leaños mencionó que este esfuerzo es parte de una colaboración más amplia entre el Servicio Penitenciario, la Unidad de Detención y el Estado Provincial, con el objetivo de garantizar que las condiciones de reclusión sean dignas y propicias para la rehabilitación. "Nuestra prioridad es ofrecer a los internos un entorno que les permita crecer y prepararse para una vida productiva fuera de los muros de la prisión", enfatizó.
Finalmente, Leaños destacó que, aunque la opinión pública a menudo tiene una visión pesimista sobre la capacidad de los detenidos para reinsertarse en la sociedad, la realidad dentro de la Unidad de Detención Zona Norte es muy diferente. "Más del 35% de los internos están involucrados en actividades educativas, y un porcentaje similar participa en actividades laborales. Esto demuestra que, con el apoyo adecuado, la mayoría de los internos están comprometidos con su propia rehabilitación y dispuestos a construir un futuro mejor para ellos y sus familias", concluyó.
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