
Las bajas temperaturas en el sur del país, la descoordinación regulatoria, el atraso en las tarifas y una millonaria deuda comercial de Camuzzi Gas del Sur con la empresa pública Energía Argentina (Enarsa) pusieron en riesgo el abastecimiento de gas en la Patagonia. Fue este lunes, cuando la distribuidora se declaró en "Estado de Emergencia", según fuentes del sector y documentos que vio El Cronista.
Al seguir alta la demanda, no pudo devolver el gas al sistema que opera Transportadora de Gas del Sur (TGS) y cayó el line pack, que es la presión operativa para que los gasoductos operen de manera segura y empujen el gas desde la "boca del pozo" hasta cada planta compresora.
El gasoducto y las tarifasLas mismas fuentes explicaron: la distribuidora toma el gas subsidiado de Enarsa a entre 1,60 y 2,50 dólares por millón de BTU para cubrir sus contratos firmes con hogares que perciben la ayuda del Estado nacional y lo revende a industrias a entre u$s 7 y u$s 8 para no tener que cortar el gas a las fábricas.
El atraso de las tarifas, problemas en la regulación y una millonaria deuda comercial pusieron en crisis al sistema de gas, aunque no falte producto
Lo que debió haber hecho Camuzzi Gas del Sur, señalan en el sector, es detener la inyección interrumpible por unos días durante este invierno.
Por este mecanismo y al no poder pagar en los últimos años todo el gas que compra, Camuzzi acumuló una deuda de aproximadamente $ 35.000 millones con Enarsa. En el entorno de la empresa pública evalúan pedirle la quiebra en las próximas semanas.
En efecto, el problema es general y no corresponde exclusivamente a Camuzzi. Los especialistas de la industria aseguran que detrás de este tema está el atraso de tarifas y la regulación del gasoducto de Vaca Muerta.
Respecto a lo tarifario, las distribuidoras, al quedar atrás de la inflación, retienen el dinero que cobran de los usuarios y lo pagan a cuentagotas a sus proveedores (petroleras y Enarsa), para financiar sus gastos operativos como salarios, mantenimientos, costos financieros e impuestos.El esquema funciona en espejo a lo que pasaba con las distribuidoras eléctricas y la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) hasta el año pasado, cuando se empezó a regularizar la multimillonaria deuda, que acumuló en todo el país más de $ 600.000 millones.
Las Diferencias Diarias Acumuladas (DDA) entre el gas que entregan las distribuidoras y el que deben efectivamente pagarle a las productoras no se calculan desde abril de 2019 y al 31 de enero de este año acumulaban una deuda de $ 46.664 millones, según un informe de la Jefatura de Gabinete.
En relación a la regulación, los expertos marcan que como Enarsa tiene un contrato con la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) para entregarle todo el gas del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) de Vaca Muerta -recientemente se inyectaron hasta 13 millones de m3 diarios-, las distribuidoras quedaron "desprotegidas", sin poder acceder a otras moléculas de gas que sobran, sumado a que se fue -para no volver más- el barco regasificador de Bahía Blanca y que durante unos días no entró gas licuado por Escobar.
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