“Pedí una pizza”. El delivery a último momento suele salvar algunas mesas argentinas. Sin embargo, hay un lugar donde esa no es una posibilidad: la Antártida. ¿Cómo se alimentan el personal y las familias de las bases, laboratorios y campamentos instaurados allí? En el Sector Antártico Argentino funcionan siete estaciones de modo continuo y otras seis de manera temporaria, es decir, únicamente durante el verano. Del total, dos operan bajo la órbita de la Cancillería, mientras que el Ministerio de Defensa conduce el resto. Las dos primeras son la base permanente Carlini y la temporaria Brown. Las once restantes incluyen las permanentes Orcadas, Marambio, Esperanza, San Martín, Belgrano II y Petrel, así como las temporarias Melchior, Decepción, Cámara, Primavera y Matienzo.
Allí, desayuno, almuerzo, merienda y cena no resisten improvisación. No hay sitio donde hacer compras ni ingredientes sorpresa que agregar. Todo está perfectamente calculado.
El camino de los alimentos hacia la Antártida
Los alimentos se transportan a través de medios navales: el Rompehielos ARA Almirante Irízar, el Aviso ARA "Bahía Agradable" y el carguero ARA "Canal Beagle". Cuando llegan a destino finalizan su viaje en lanchas o helicóptero hasta entregar la comida. Cada año este trabajo se inicia a mediados de diciembre, de la mano del inicio del verano. Desde Nutrire, marca del Grupo L a cargo de desarrollar el aprovisionamiento alimentario de los argentinos en la Antártida, explicaron que las cantidades se calculan en raciones: esta vez, de acuerdo a la cantidad de personas y días, trasladan aproximadamente 157.380 raciones para unos 435 tripulantes.
A modo de ejemplo, los números de la campaña anterior -se trata de períodos anuales- muestran que Nutrire aportó 2.563 kilos de arroz, 6.990 kilos de azúcar, 1.157 kilos de café molido, 4.370 kilos de yerba y más de 36.000 kilos de diferentes tipos de harina. En
materia de productos líquidos, transportó más de 36.000 litros de leche larga vida y unos 22.000 litros de gaseosa, entre diversas variantes.
Para cubrir las necesidades de todos los trabajadores y familias del lugar, actualmente la compañía a cargo de los alimentos tiene en cuenta distintos tipos de dietas, por lo cual se facilitan numerosas variantes de víveres. Sin embargo, debido a las condiciones del lugar, hay algo que no puede faltar: los alimentos altos en proteínas.
Como contracara, hay una variante alimenticia que no se puede llevar al continente
Animales vivos. Desde Nutrire destacaron que “se trata de que la elaboración de los alimentos sea de la mejor calidad, ya que esto impacta en el bienestar general del personal a bordo y de los destinos, lo cual influye directamente en su estado de ánimo”.
La Base Esperanza, la única de Argentina donde cada miembro de la dotación llega acompañado por su familia y donde además se encuentra la Escuela N° 38 "Raúl Alfonsín", cuenta con un apartado especial a la hora de pensar sus comidas. Al haber niños y niñas, resaltaron desde la compañía a cargo de los alimentos, se contemplan más golosinas y meriendas escolares, tales como chocolates y galletitas. A nivel general, enfatizaron, los dulces y las golosinas están contemplados “en su justa medida”.
El desafío de combinar la cuestión alimenticia y también la de sabores es fundamental para cuidar a los compatriotas del continente antártico. De esta manera, y contemplando todos los pormenores nutritivos detallados anteriormente, se realizan las misiones para aprovisionar a los trabajadores de la Antártida.
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